En la naturaleza no vemos animales obesos y por supuesto no vemos gatos gordos en el medio silvestre, sin embargo la obesidad en nuestros gatos se ha convertido en un problema cada vez más habitual (de la mano del aumento en la obesidad en humanos en el mundo desarrollado) y que puede resultar en graves problemas de salud en nuestras mascotas En este artículo vamos a tratar las claves de este problemas y las posibles acciones a adoptar pasar corregirlo.
Gatos gordos: Cual es la causa
Cómo en los humanos, en el reino animal también existen tendencias genéticas a la obesidad, que pueden desarrollarse cuando el animal tiene a su disposición más comida que la necesaria para su gasto calórico.
A diferencia de los perros, los gatos suelen ser más comedidos a la hora de alimentarse y hay muchos gatos capaces de auto-regularse por lo que es posible que tengan siempre comida a su disposición sin que por ello se “atraquen” a comer.
Sin embargo, muchos condicionantes pueden llevarles poco a poco a adquirir el habito de comer cuando no lo necesitan: El estrés que puede producirles la presencia de otros animales en el vecindario o en casa, el cambio de estación, los ciclos de celo (incluso en gatos castrados se registran ciertos cambios de comportamiento), etc.
También hay otros factores, como por ejemplo la esterilización que puede incrementar la tendencia a engordar o los cambios por la edad.
Si el gato tiene comida siempre a su disposición, existe el riesgo de que tome el hábito de comer en exceso y se convierta en obeso.
Riegos para los gatos gordos
La obesidad en gatos acorta sensiblemente su vida ya que incrementa el riesgo de tener problemas renales, hepáticos, etc. también disminuye su calidad de vida y empeora su carácter.
A veces es difícil identificar el inicio de este proceso, pero el veterinario nos indicará si nuestro gato está comenzando a tener problemas de sobrepeso.
Como ayudar a un gato gordo
En primer lugar hemos de intentar atajar el problema e intentar prevenir antes de curar, con estas sencillas normas:
- Mantener un orden de comidas y evitar dejar comida a disposición del gato en todo momento.
- Lo ideal es alimentar al gato adulto 2 veces al día; por la mañana y al caer la noche, con la cantidad recomendada según el tipo de gato y su peso: Tienes más información en nuestra sección sobre alimentación (el veterinario nos aconsejará ante cualquier duda).
- A nuestros gatos les gusta probar nuestra comida y que les demos de vez en cuando una golosina ¿Qué hacer en estos casos?
- Acostumbra a tu gato a que no va a poder probar nuestra comida siempre.
- Una buena golosina como premio a su buen comportamiento puede ser una pizca de malta para gatos de vez en cuando (baja en calorías), de este modo puedes premiarle sin cebarlo y le estás suministrando un suplemento que le ayudará a eliminar las bolas de pelo. Evita a toda costa darles comida normal entre horas.
¿Qué hacer si nuestro gato ya está gordo?
En primer lugar, ir al veterinario para que nos proporcione un plan de nutrición adecuado para corregir el sobre peso. En ningún caso debemos reducir drásticamente su ingesta de alimento, puesto que podemos causarle una lipidosis hepática grave, esto es debido a que, como mecanismo de respuesta ante la disminución de la ingesta de comida, su sistema endocrino comienza a enviar lípidos (grasa) a la sangre y llega un momento en que su hígado no puede procesarla toda y se sobrecarga, pudiendo llegar a causarle la muerte.
En resumen:
- Mantener un orden adecuado en la alimentación de nuestros gatos es la mejor prevención de la obesidad felina.
- Un gato “hermosote” puede ser un incipiente gato obeso. Ante cualquier signo de obesidad incipiente acudir al veterinario y por supuesto si nuestro gato ya está obeso.