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Cuando el tiempo es cálido, especialmente en el verano, el gato puede estar expuesto a los efectos de las quemaduras solares. Mientras que este proceso es bastante raro en la mayor parte de Europa central y del norte, puede ser bastante común en, en los países del sur como España e Italia y en las zonas tropicales. Las partes del cuerpo más fácilmente afectadas son las orejas, en particular si son blancas; de hecho los gatos blancos son por lo general los que corren más riesgos de sufrir quemaduras solares.

Si sospechas que tu gato puede ser susceptible a ello, trata de mantenerlo en el interior durante las horas más calurosas del día. Además utiliza una crema protectora en las orejas, para defenderlo de los rayos ultravioleta.

Las señales de quemaduras aparecerán inicialmente con un enrojecimiento de las orejas especialmente en las puntas y los bordes y, posiblemente, un ligero grado de irritación. Hay riesgo de que una prolongada exposición pueda llevar al desarrollo de cáncer de piel y a una operación que consistiría en la supresión de la parte afectada de la oreja.

El manto del gato puede volverse más espeso, para proteger al gato de los duros fríos del invierno. Durante la siguiente primavera, el gato perderá su pelo y este es el periodo del cambio, aunque esto no implica que no pueda perder un poco de pelo a lo largo del año.

El acicalamiento regular en esta época es especialmente importante, para no permitir que se formen las bolas de pelo.

Cuando llega el invierno, es importante animar al gato a pasar la noche en el interior. Es bastante probable encontrar, en especial en los gatos maduros, que pasan largos periodos dentro en esta época del año. Durante el mal tiempo cuando la tierra está helada o cubierta con nieve, conviene facilitarle al gato una bandeja para las deposiciones en el interior de la casa.

Existe un riesgo, especialmente cuando las temperaturas permanecen bajo cero, tanto de día como de noche, de que el gato pueda sufrir congelación.

Si sospechas que tu gato sufre congelación, tanto en las orejas como en los pies (en cuyo caso rehusará caminar), no intentes calentar la piel deprisa ya que esto puede resultar contraproducente. Debes sumergir la parte en agua templada, si es posible o, alternativamente, humedece la parte afectada utilizando algodones, esto restaurada gradualmente la circulación, pero busca el consejo del veterinario en cualquier caso. Si el daño es grave, la punta de la oreja puede llegar a perderse.

Gatito en primavera

Hacia finales del invierno, las gatas comienzan a estar otra vez sexualmente activas, como resultado de los días más largos. Los machos en este momento empiezan a vagabundear, en especial cuando llega la primavera.

La castración evitará esta ansiedad y puede considerarse, aunque sólo sea por esta razón. En el momento que el periodo de celo termina suele ser alrededor del siguiente otoño, un gato macho intacto tendrá una mala apariencia y, casi inevitablemente, aparecerá con cicatrices de guerra libradas con otros gatos machos de la zona.

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