Hoy hablaremos del transporte de nuestro nuevo gatito a casa, y de paso, de los sistemas que podemos elegir para transportar a nuestra mascota.
Como regla general, a los gatos no les gusta viajar y es necesario transportarlos en un contenedor seguro. Aunque un gatito joven puede transportarse sentado sobre una manta en las rodillas de un pasajero en un coche, lo más seguro para todos es usar una caja.
Existen cajas de cartón baratas y desechables, para este propósito pero no son muy satisfactorias para los gatos adultos. Su peso puede desfondar a la caja y, si orina durante el viaje el cartón saturado se romperá bajo el peso del gato.
También existe el riesgo de que arañar las paredes, el gato pueda forzar una salida a través del techo de la caja. Esto se puede aplicar en particular, cuando se usan cajas de cartón comunes, en las que es la solapa se repliegan unas sobre otras.
La mejor opción, teniendo en cuenta que tu gatito inevitablemente necesitará ser trasladado en el futuro, es conseguir un contenedor adecuado.
Se pueden conseguir cestas de mimbre de varios diseños y las más aptas para gatos son aquellas que tienen una pared abisagrada. Si tu gato es temperamental y se trastorna durante un viaje, puede resultar difícil sacarlo de una cesta que tenga una puerta en el frente. El gato, probablemente retrocederá hacia el fondo, silbando y tratando de arañar, cuando se introduce la mano para tratar de sacarlo de la cesta.
Las cestas de mimbre con una puerta de rejilla son de aspecto atractivo. Sin embargo hay peligro de ir al animal si se suelta una astilla puntiaguda del mimbre.
Los contenedores de alambre revestido con resina epoxi lavable pueden servir, pero no absorberán la orina como lo hacen las cestas de mimbre.
Las cajas de plástico para transporte se pueden limpiar desinfectar fácilmente. Tienen una puerta de rejilla, desmontables y coma por lo tanto ocupan poco espacio.
Las bolsas especiales blandas de material sintético tienen una ventana transparente de este material en un lado y, en el otro, poseen unos orificios para respirar, así como una cremallera para cerrarlas. También son transportadores seguros para los gatos, con la ventaja de que pueden guardarse plegadas y no ocupan apenas espacio.
La tensión del viaje a menudo hace que el gato defeque y se orine, por lo que la cesta debe ser fácil de limpiar a fondo. Coloca una capa espesa de papel de periódicos sobre el fondo, ya que estos absorben la humedad, y por encima de los periódicos puedes incluir un viejo lazo de mantas, que puede tirarse si se ensucia y, de esa manera, el gatito podrá tranquilizarse durante el viaje a casa.
Aunque el medio de transporte más rápido es un coche, en la mayoría de los casos se puede trasladar a un gato en transporte público. Sin embargo, verifica previamente y asegúrate de que tu gato está alojado en un contenedor seguro para estos viajes.
Beatriz Elena Skinfield dice:
Buen artículo… hay que buscar materiales seguros, el cartón sólo les sirve para jugar