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Hoy os traemos el primero de dos artículos sobre las habilidades cazadoras de los gatos que aunque viven con nosotros desde hace varios miles de años, no han perdido en absoluto sus virtudes salvajes, lo que es parte de sus muchos atractivos.

Todos los animales salvajes de la familia de los gatos son especialistas en la caza. Las señales se ven con claridad en los ejemplares domésticos. Los gatos son predadores por naturaleza y no pueden sobrevivir sin una dieta de carne, incluyendo pescados; están bien equipados para cazar a sus presas. Su cuerpo es esbelto, un rasgo que se enfatiza en ciertas razas, como el popular siamés y, sin embargo, poderoso permitiendo al gato correr rápido, en particular en distancias cortas.

La agilidad también le permite al gato saltar y trepar con bastante facilidad. Aunque pierda el equilibrio, el gato normalmente es capaz de ajustar su caída para aterrizar siempre sobre sus patas, reduciendo, como resultado, el riesgo de un daño en la columna vertebral, aunque el impacto puede perjudicar su mandíbula inferior.

Análogamente, habiendo trepado a un árbol, el gato puede invertir su posición y trepar hacia abajo hasta llegar al suelo. Los gatos pueden salir caminando, sin lastimaduras, después de haber saltado desde una altura de seis metros, aunque esta conducta no debe alimentarse.

Gato romano cazando

Al estar equipado físicamente para capturar a sus víctimas, el gato también debe ser capaz de localizar con precisión a su presa potencia, Sin revelar su presencia hasta el último momento, justo antes de atacar. Por lo tanto, no es sorprendente que la visión de un gato esté altamente desarrollada, sirviendo no sólo para reconocer a su presa, sino también para precisar su posición, con un grado muy alto de exactitud, mejorando la probabilidad de un golpe letal.

Las pupilas, que son las zonas negras en el centro de ambos ojos, son muy sensibles a la intensidad de la luz y se abren para formar amplios círculos cuando el nivel de luz es bajo. Esto permite que la máxima cantidad de luz penetre en la retina.

Como cazadores, los gatos se adaptan bien a una vida nocturna, porque posee una paga adicional conocida como tapetum lucidum detrás de la retina de cada ojo.

Hay dos grupos de células en la retina del gato conocidas como bastoncillos y conos. Los bastoncillos responden a niveles mucho más bajos de intensidad de luz y, por lo tanto, sirven para ayudar a la visión cuando hay muy poca luz que penetra en la retina. La relación de bastoncillos a conos es considerablemente más alta en los gatos que en el ser humano, por lo que pueden ver bien cuando hay muy poca luz. Por lo tanto, un gato puede ver en un entorno en el que los ojos humanos sólo pueden recibir una imagen de total oscuridad.

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