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En España, existe una ley que protege los derechos y el bienestar de los animales, llamada Ley 7/2023. Esta ley incluye un capítulo (Capítulo VI) que establece el marco legal para administrar las poblaciones de gatos de raza libre, colonias originadas de gatos abandonados, perdidos o no esterilizados, y camadas de estos gatos resultantes de la propiedad irresponsable.

La Ley del Bienestar Animal distingue entre diferentes grupos de gatos. Según la ley, los propietarios están obligados a integrar sus gatos en el núcleo familiar y tomar las medidas necesarias para garantizar su bienestar. La ley también requiere una identificación obligatoria, castración antes de los seis meses de edad y no dejar a los gatos solos durante más de tres días.

 La ley clasifica los gatos en tres tipos basados en su estilo de vida: gatos domésticos, gatos errantes y gatos comunitarios. Los gatos domésticos son los mantenidos por humanos, principalmente en el hogar. Los gatos errantes son aquellos que salen de la casa sin supervisión. Los gatos comunitarios son aquellos que viven en libertad pero están vinculados a un territorio y no pueden ser abordados o mantenidos fácilmente por humanos debido a su bajo o ningún grado de socialización, pero desarrollan sus vidas en torno a los humanos por su subsistencia.

 La ley también obliga a los ciudadanos a respetar la integridad, la seguridad y la calidad de vida de los gatos comunitarios. Además, la ley crea la figura del «Cuidador de Colonia Felina» (cuidador de colonias felinas), que es una persona que se ocupa de los gatos comunitarios después de un método de gestión como el método CER  . En España, la gestión de las colonias de gatos está regulada por las comunidades autónomas, y existen diferentes regulaciones dependiendo de la región.

La ley también obliga a los ciudadanos a respetar la integridad, la seguridad y la calidad de vida de los gatos comunitarios, y los dueños de perros deben adoptar medidas para evitar que sus perros ataquen o perturben a los gatos comunitarios.

¿Que es el método CER gatos?

El método CER (Captura, Esterilización y Retorno) es una técnica utilizada para el control poblacional de gatos callejeros y ferales. Consiste en capturar a los gatos, esterilizarlos y devolverlos al lugar donde fueron capturados. Este método es considerado ético y efectivo para el control poblacional de gatos, y se ha implementado en varios municipios y ciudades. Además, el método CER también incluye una adecuada alimentación, seguimiento y supervisión de las colonias felinas. El objetivo principal de este método es reducir progresivamente la población de gatos callejeros y ferales, mejorando así su calidad de vida y reduciendo los problemas de salud pública asociados con estas poblaciones.

SANCIONES

La Ley de Bienestar Animal establece sanciones para los dueños de mascotas que incumplen ciertas obligaciones legales, y las infracciones se clasifican en leves, graves y muy graves.

Las infracciones leves que pueden ser sancionadas según la Ley de Bienestar Animal incluyen

  • Falta de comunicación en la pérdida o sustracción de un animal.
  • Permitir que los animales sueltos causen daños a terceros.
  • No esterilizar a los animales que tienen acceso no controlado a otros animales, como los gatos domésticos que salen a la calle.
  • No implementar un chip en sus gatos.
  • Utilizar animales como reclamo publicitario sin autorización, así como usarlos como premio en concursos, rifas o promociones.
  • Criar y comerciar con animales silvestres no autóctonos.
  • Robo o apropiación indebida de animales.
  • Administración de sustancias no prescritas por un veterinario que perjudiquen la salud de un animal o alteren su comportamiento.
  • Envío de animales vivos, salvo en los casos previstos por la ley.
  • Retirada o abandono de animales en lugares públicos o privados.

SANCIONES GRAVES O MUY GRAVES

  • Eutanasia de animales con medios inadecuados o por personal no cualificado.
  • Adiestramiento y utilización de animales para peleas, espectáculos, publicidad o cualquier otra actividad que les cause sufrimiento.
  • Mantener a los animales en instalaciones inadecuadas o insalubres.
  • No proporcionar a los animales la alimentación, el agua, el cuidado veterinario o el espacio adecuados.
  • Utilizar métodos agresivos en la educación o adiestramiento de los animales.
  • Transportar a los animales en condiciones inadecuadas.
  • No cumplir con las obligaciones establecidas en la normativa sobre animales potencialmente peligrosos.
  • Comercializar animales sin cumplir con los requisitos legales.
  • Permitir que los animales sueltos causen daños a terceros, siempre que les cause la muerte o secuelas permanentes graves.
  • Alimentar a los animales con vísceras, cadáveres y otros despojos procedentes de animales que no hayan superado los oportunos controles sanitarios.
  • Las multas por infracciones graves pueden ir desde los 10.001€ hasta los 50.000€, mientras que las multas por infracciones muy graves pueden llegar hasta los 200.000€
  • . Además, en algunos casos, las infracciones muy graves pueden conllevar la inhabilitación para la tenencia de animales y penas de prisión.

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