Aunque parezca mentira, un gato y un perro pueden ser amigos incondicionales, especialmente si son de diferentes sexos.
Son muchas las personas amantes de los animales que tienen como mascotas un perro o un gato; pero abundan mucho más quienes conviven con ambas criaturas. Y es que, aunque estemos acostumbrados a escuchar que los gatos y perros no se llevan bien, la realidad suele indicarnos otra cosa, gatos y perros pueden vivir en armonía.
Crecer juntos
Son especies diferentes pero tienden a cordializar de tal manera que se convierten en excelentes amigos. La manera más fácil de lograr esta relación afectiva es que ambas mascotas se conozcan desde pequeños, crezcan juntos, así generan una unión de hermanos. En el caso de que ya se cuente con alguno de ellos como mascota y decidas incorporar al nuevo integrante de la familia, entonces se deben seguir algunas pautas nada complicadas, en el menor tiempo posible verás como juegan y se divierten juntos.
Presentarlos desde el primer momento, poco a poco, observar la respuesta de ambos y de allí hacer seguimiento, analizar el comportamiento de cada quién. El gato es muy solitario e independiente por lo que necesita su propio espacio, el cual debe ser respetado. El perro suele ser dominante y así se debe seguir tratando, aunque el cariño, la atención y hasta los regaños se deben impartir equitativamente, a ambos por igual con el tiempo quedará más que demostrado que gatos y perros pueden vivir en armonía.
Hay que tener en cuenta que cada animal tiene su propia personalidad y en función de ello se debe actuar. Al principio suele ser algo complicado enseñarles a compartir juguetes, se respeten el lugar de comer y, lo más importante, hacerles entender que a ambos los quieres por igual para evitar celos. Si son sociables, con el tiempo ellos mismos se buscarán, dejando claro que gatos y perros pueden vivir en armonía.
